Cercanos de la gran ciudad redescubrí otros aspectos de una Suiza, modelo de país en muchos sentidos pero demasiado idealizada en otros. Mis padres tenían razón: no todo lo que brilla es oro*
Imaginen la escena: Llueve. Una niña de casi dos años duerme en su cochecito, mientras unos padres, contando el tiempo justo entre trayectos, intentan llegar a tiempo al aeropuerto. Cargados de maletas para pasar cuatro días en Barcelona se bajan del tren y confirman los retrasos anunciados en la web pocos minutos antes.
Se bajan de la estación y una persona de información les aconseja tomar un bus para llegar a su destino. Paragua, cochecito, maletas, bebé y padres salen de la estación y toman el autobús que indica AEROPUERTO. Tres paradas más tarde el bus se detiene y el elegante conductor (de chaqueta y todo) desciende de su asiento y le informa a sus pasajeros: vecinos, turistas japoneses, jóvenes y familias que allí termina su ruta. Pese a pedir una explicación lógica, el conductor sólo repite como un autómata: “esa es la orden que tengo, lo siento”. ¿Pueden creer que esto pasé en una ciudad como Ginebra? ¿Si, en Suiza?
Ya saben quienes son los protagonistas de la historia que afortunadamente tuvo final feliz. Nuestra anécdota me recordó que ningún modelo es perfecto, incluido un país donde la organización es la regla en la mayoría de los casos.
Ascensores hasta la mitad
Hay cosas cotidianas que no entiendo en Suiza y que no encajan en mi ideal de país avanzado; otras por el contrario, son el resultado de un modelo distinto de operar al que debes habituarte. Claro, te puede gustar o no.
En muchos edificios antiguos (30/40 años aprox.) quién sabe que arquitecto decidió inventar un modelo de ascensor que yo he bautizado como “ni tu, ni yo”. Resulta que el ascensor no llega a cada planta. Por ejemplo, entre la segunda y la tercera el ascensor tiene la salida en medio de las dos. Con lo cual si vives en el segundo piso tienes una pequeña escalera que descender para llegar a tu apartamento, y si vives en el tercero tienes que subir otra igual.
¿Porqué? No he consultado a ningún arquitecto local, pero pienso que el criterio es economizar en los trabajos que obligarían a hacer más puertas de entrada y de salida del ascensor o tal vez, así ganan un poco de espacio. Vaya, que no lo entiendo.
Algo es seguro, mientras haces la mudanza, vas con el cochecito de tu bebé o por alguna razón te toca llevar muletas les aseguro que es inevitable recordar la madre del ‘genio’ que inventó el modelo.
Grandes edificios: lavadoras comunitarias
En la mayoría de los grandes edificios no tienes derecho a tener tu propia lavadora en el apartamento. Algunas razones suelen ser: la seguridad en caso de posibles escapes, el tipo de seguro del inmueble que no incluye los daños por esta causa o el aumento del consumo de agua, cifra que normalmente va incluida en ‘los gastos’, como llaman a la cuota suplementaria que debes pagar por el servicio de conserje e infraestructuras comunes.
Pese a pagar una suma de alquiler bastante considerable ¿tienes que utilizar una lavadora común, ubicada en el sótano del edificio?. Pues si. Además debes establecer tu turno en la semana y comprar una tarjeta recargable para pagar tus lavados. Algo a lo que nuestra pequeña familia no está acostumbrada y pese a prohibirse específicamente en el contrato pudimos llegar a un acuerdo con el propietario para instalar un lavavajillas y con la maniobra hemos ‘colado’ nuestra lavadora.
En nuestros tiempos, una lavadora es un elemento de primera necesidad. Lo de las lavadoras comunitarias me parece un buen sistema para solteros y estudiantes, pero para una familia es demasiado estresante e incómodo. Vaya que tampoco lo entiendo.
Salud: tu decides cuanto pagar mensualmente
Si eres suizo no te cuestionas este tipo de cosas. Estas habituado, sabes como funciona el sistema de salud, te tomas el trabajo de hacer cálculos estadísticos, revisas regularmente los precios entre los seguros médicos, ensayas y sobretodo dejas un dinero de parte para utilizar en caso de que los cálculos y la salud te falle.
Como he explicado en otros textos el alto salario de un empleado suizo se debe, en gran parte, a que éste recibe todo el salario bruto en su cuenta. De allí el debe pagar los impuestos al Estado y su Cantón (Comunidad Autónoma o Dpto) y sus seguros obligatorios de salud y vivienda, exceptuando la parte que va a la pensión y que ya viene descontada (1).
En un año y medio que vivimos en Suiza hemos cambiado tres veces de Caisse maledie (Seguro Médico). Ensayamos una, encontramos otra más barata. Antes de su aumento de precio nos volvimos a pasar a la primera y a propósito del traslado a Renens nos cambiamos a otra más económica.
A groso modo, la sanidad funciona como un ente mixto. Las infraestructuras son públicas: hospitales y centros de rehabilitación, mientras que: gestores y médicos funcionan como un sistema privado que te ofrecen servicios y emiten facturas por el monto del valor del mismo.
En función de lo que estas dispuesto a pagar mensualmente incluyes servicios que serán cubiertos con tu cuota, como: hospitalizaciones, elección de médicos, rembolso de medicamentos, ambulancia, etc.
Un mínimo de cobertura es obligatoria, pero para pagar realmente lo mínimo mínimo mensual debes estar de acuerdo en rembolsar toda la factura cada vez que utilices un servicio médico. Teniendo en cuenta los precios de cada consulta de médico general (200CH- 180€) es una opción muy poco utilizada.
Pagar menos ¿sale a cuenta?
A veces si, a veces no. Para entender un poco el sistema les explico nuestro caso. Hicimos cálculos, teniendo en cuenta nuestra edad, estado de salud y nuestra media de visitas al médico por año. Con esta variable nos salía mejor pagar cada consulta cuando necesitáramos ir al médico, para evitar pagar muchísimo más al mes.
El sistema que nos permite disminuir nuestra cuota mensual nos obliga a pagar el 90% de cada factura por costos médicos hasta llegar a un máximo de 2.500 Francos (2.200€ ó $4.400.000 Pesos Col.). En resumen, nos toca pagar casi todo si no superamos los 2.500CH- en cada factura. Una vez se supera la cifra el Seguro opera en sentido inverso y son ellos los que pagan el 90% y nosotros solo el 10%.
Insisto, es un modelo sanitario complicado, que te obliga a ser organizado, nunca quedarte sin reservas en el bolsillo y estimar tus gastos anuales por este concepto. Eso si, generalmente funciona muy bien.
Hace una semana me rompí el tobillo justo saliendo de casa. De momento, la factura del primer día iba en 500CH- (400€) que incluía: la consulta médica, un examen de laboratorio, una radiografía y un yeso. Contando un examen de laboratorio cada semana, radiografía y consulta médica durante las cinco semanas restantes, pensamos en estar bien cerca de los 2.000CH- una suma que todavía resulta ventajosa en términos de ahorro si por el contrario hubiéramos contratado una cuota mensual más alta y un monto mínimo más bajo a cargo de nosotros. Eso si ha sido una gran despensa familiar no muy considerada y sobretodo nada bienvenida.
Nuestro largamente deseado verano cerca al lago Lemán finalmente comenzó, pero no precisamente con el pie derecho.
En el próximo entra-artículo: Vistazo al sistema educativo helvético. Puntos débiles y puntos fuertes.
Notas:
*Segunda parte de la entrada: A pocos pasos de la gran ciudad.
(1) Gran parte de la población contrata una pensión privada y ahorran allí dinero para mejorar la suma a recibir una vez jubilados.